El tema de la lesión…

Hay un fantasma oscuro que sobrevuela a cada atleta. No discrimina. Joven o viejo. Masculino o femenino. Élite o novato. Playa, gimnasio o sentado. No tiene preferencias, ni predisposiciones, ni moral y golpeará en cualquier momento. No hay escapatoria, es solo cuestión de tiempo. El reloj está corriendo…

Ese fantasma es la lesión. O al menos ese es el estereotipo tradicional que se evoca al pensar en el riesgo de lesiones.

Un fisioterapeuta superestrella me dijo una vez que piense en el riesgo de lesiones como un juego de póquer en el que puedes ver las cartas de los demás. Aunque, en última instancia, puedes recibir una mano mala y perder el juego, tienes la información para tomar decisiones que puede ayudar a tus probabilidades de ganar.

A diferencia del póquer, donde para ganar tratas de armar colores, escaleras o un full, con el riesgo de lesiones tratamos de gestionar la cantidad y la dirección de la fuerza que atraviesa las estructuras en el cuerpo. Al tomar el control de la forma en que utilizamos nuestras partes del cuerpo para transmitir fuerza, podemos gestionar nuestras posibilidades de sufrir lesiones. Pero antes de profundizar más en eso, quiero explayarme sobre los tipos de lesiones…

No soy fisioterapeuta. Ni siquiera cerca. Me gusta simplificar las cosas para poder entenderlas, y esto me lleva a pensar en las lesiones en estos 3 grupos principales;

La mano mala

A veces, cuando recibes una mano mala, no hay mucho que puedas hacer al respecto. Estas lesiones a menudo son el resultado de impactos o colisiones que son graves y muy difíciles de controlar. Huesos rotos, conmociones cerebrales, etc.

El engaño

A veces puedes escapar con un engaño, pero al final siempre te sorprenderán en algún momento. Estas son las lesiones que provienen de pedirle al cuerpo que lidie con mucha más fuerza de la indicada de una manera que no estaba prevista. Rupturas de ligamentos, desgarros musculares, etc.

El principiante

A veces tienes todas las mejores cartas, pero si las usas mal mano tras mano, perderás. Estas son las lesiones que provienen de pedirle al cuerpo que maneje un poco más de fuerza de una manera ligeramente diferente a la indicada una y otra vez. Tendinitis, bursitis, fascitis, etc.

Como parte de nuestro papel como entrenadores, tratamos de ayudar a los atletas a tomar el control de su riesgo de lesiones. No podemos controlar que reciban una mano mala. Sin embargo, podemos enseñar a los atletas a ser experimentados jugadores de póquer, a engañar bien, inclinando las probabilidades de lesiones a su favor.

Ahora sobre inclinar esas probabilidades…

El cuerpo humano es una herramienta majestuosamente compleja para el movimiento. Es capaz de alinear literalmente miles de procesos individuales en respuesta a circunstancias imprevisibles para lograr un resultado específico. ¡Es alucinante!

Pensar en esto en el contexto del riesgo de lesiones puede ser desalentador y aterrador. Especialmente cuando, si eres como yo, te gusta mantener las cosas lo más simples posible. La forma en que supero este obstáculo es haciéndome una simple pregunta;

¿Se ve bonito?

Fundamentalmente, cuando el cuerpo está operando de manera efectiva y eficiente, el movimiento es hermoso de observar. Imagina a Giba zambulléndose por toda la cancha recuperando una pelota perdida después de otra, o a Earvin N’Gapeth atacando pelotas por detrás de su cabeza. Estos ejecutantes se mueven bonito. En todos los sentidos, hasta el más mínimo detalle.

Por otro lado, imagina aquellas situaciones en las que has visto atletas sufrir lesiones. O piensa en los problemas actuales y cómo el movimiento podría ser el causante en lugar de reflejar el problema. A menudo, los cuerpos se posicionan de la manera más ridículamente contorsionada antes de la lesión. Rodillas colapsando hacia adentro, columna encorvada, hombros redondeados, incapacidad de mantener los brazos rectos. Son señales de advertencia de posibles lesiones.

Te animo a considerar esto durante tu próxima sesión de entrenamiento. Pregúntate, ¿estos atletas se mueven de una manera hermosa? ¿La forma en que gestionan su cuerpo es bonita? ¿Algo no se ve bien? ¿Parecen lentos o pegados al piso?

Mi punto de partida para gestionar el riesgo de lesiones es promover un movimiento bonito, porque si no es bonito, probablemente no sea correcto. Aliento líneas y ángulos rectos como punto de partida para apoyar la belleza en el movimiento. Si el atleta no puede adaptarse a posiciones bellas cuando se le solicite, es una señal de que puede requerir más cuidado y atención.

Sigue trabajando para crear tu hermoso póquer de atletas de voleibol.

Gary


Éste artículo fue publicado originalmente en VolleyScience

Gary Hutt
Gary Hutt
Director General en VolleyScience | Más datos

Gary se involucró en el voleibol durante la organización de Londres 2012, asistiendo en la preparación del equipo femenino de Gran Bretaña para sus primeros Juegos Olímpicos. Actualmente está muy involucrado en la orientación de la estrategia de preparación física dentro de Volleyball England, e integra la National Performance Commission como representante de la ciencia del deporte y la medicina deportiva asesorando sobre la futura dirección del deporte en el Reino Unido.