La capacitación innovadora ya se exporta

El aprendizaje suele ser difícil de asimilar para los niños, si los métodos de enseñanza no logran el entretenimiento que ellos requieren. De esa manera, la captación de las herramientas que se les transmiten les resultan mucho más placenteras. En ese camino está el voleibol para los que se inician, con un sistema que se diferencia mucho de lo que consistía 30 años atrás. El Minivoley modificó su estructura con un novedoso proyecto que comenzó a despertar el interés de diferentes lugares del mundo. Pero lo trascendental es que Argentina es el país encargado de exportar ese sistema, conocido como Monster Block Teen’s, y diseñado por los profesores Horacio Gómez y José Fotia.

Ellos fueron los que lanzaron esta metodología y empezaron a experimentarla hace cuatro años. El lanzamiento final se realizó en el 2017, y ya tuvieron la oportunidad de dar clínicas en Estados Unidos, Barcelona y Dinamarca. El programa consiste en comenzar el juego desde el ataque, el bloqueo y la defensa, cuando el vóley era históricamente explicado a partir del golpe de manos altas. «Hace 25 años que veníamos soñando con esto, pero recién lo pudimos aplicar en el 2014. El impacto que ha tenido ha sido muy bueno», le cuenta Gómez a Página/12. El programa se presentó en la Federación Internacional (FIVB) para su consideración e implementación a nivel mundial.

«Comenzamos a jugar y lo primero que hacemos es rematar, luego vienen las demás técnicas. Esto aplica todas las nuevas teorías de educación, y cambiamos totalmente la forma de iniciar a un chico en el deporte», explica Gómez. Y agrega: «Siempre digo que en el básquet embocás, en el fútbol pateás, y en el vóley haces pases, y buscamos algo que lo volviera más atractivo y lo conseguimos».

El Monster Block Teen’s fue presentado en todo el país con un valor fundamental entre los jóvenes: la cooperación en el juego. Los cursos que se dictan ya capacitaron a más de mil profesores. «Durante décadas, y con las herramientas teóricas con las que contábamos, sostuvimos la idea de enseñar en un orden estricto: el golpe de manos altas, luego el golpe de manos bajas, y por último el saque de abajo, con trayectorias poco agresivas. La red siempre alta, para que luego de un largo tiempo, en otras categorías apareciera el remate y el bloqueo», remarca Gómez, quien es Secretario Nacional de Minivoley, Secretario Técnico de la Federación Metropolitana, e Instructor del Centro de Desarrollo Regional de la Federación Internacional.

Con los métodos anteriores, no se tenían en cuenta algunas diferencias entre los géneros, y planteado así ese proceso, y en particular para los varones, le quitaba interés al juego. La hipótesis que tienen ahora es que esa sea una de las causas, por la cual en el mundo los chicos menores de 12 años eligen en mayor número otros deportes antes que el vóley. «Debemos decir que no sucede así con las niñas, que cada día participan más del voleibol. No obstante, podrían intervenir otros factores culturales en la elección, que no tienen que ver con una propuesta atractiva del Minivoley», expresa Gómez.

El Monster Block Teen’s, en definitiva, surgió como resultado de un giro en la comprensión de la enseñanza de los deportes, desde una óptica mecanicista a otra holística y ecológica, de la observación continua a través de los años de la práctica del voleibol en la infancia, y del análisis de su didáctica específica.

El trabajo tiene tres niveles. En el primero, el juego se inicia con un ataque (con toque o remate), con o sin salto, luego de un autolanzamiento. El jugador contrario que defiende (toma) el ataque, se acerca a la red y ataca (remata o toca). El equipo que realizó el ataque puede o no bloquear, intenta defender y sigue la secuencia. En el segundo nivel, el juego se inicia con un ataque (con toque o remate). El jugador contrario que defiende (toma) el ataque se acerca a la red y levanta la pelota para el ataque (golpea o lanza) de su compañero, quien ataca. Un jugador del equipo que realizó el ataque bloquea y otro defiende. Y en el tercer nivel, el juego se inicia con golpe de ataque. El jugador contrario que defiende (toma) el ataque, le pasa la pelota a su compañero, quien se acerca a la red y levanta para el ataque (golpe o lanzamiento), y su compañero ataca. Un jugador del equipo que realizó el ataque bloquea y otro defiende.

«Esto es —continúa Gómez— una herramienta didáctica que tiene como objetivo introducir a los pequeños jugadores en el camino al voleibol, desde los fundamentos que lo caracterizan, que son el ataque y el bloqueo. Puede conformar clases enteras u ocupar parte de las sesiones, dando lugar así al aprendizaje de técnicas, tácticas y estrategias también propias del Minivoley. Su valor pedagógico reside en que las simplificaciones propuestas en las distintas formas de juego, posibilitan la inclusión de niños y niñas en un ambiente lúdico».

El presidente de FeVA, Juan Antonio Gutiérrez, llevó este sistema a la FIVB para su consideración y posible implementación a nivel mundial. En febrero pasado, en el ámbito de la Federación Metropolitana, y a partir de un convenio que esta tiene con la Dirección General de Escuelas Privadas, se dictó una capacitación a 635 profesores de Educación Física. El Monster Block Teen’s es un juego atrapante y dinámico, en el cual los niños se imaginan jugando como sus ídolos.

Cuando se intentó, dio resultado

La experiencia premonitoria de este sistema de enseñanza se dio en la década del ’80, con la jugadora Claudia González. Y Gómez recuerda aquella anécdota: «Claudia (ex jugadora de Boca y la Selección Argentina), en los años ’80, con 15 años y más de 1.80 mts. de estatura se incorporó a la categoría Sub 17 del Club Italiano, de la cual yo era el entrenador. Tenía un gran desafío por delante: integrarla al equipo y lograr que jugara. En ese momento decidí hacer lo contrario a todo lo que indicaban en aquella época los manuales de entrenadores. El planteo fue que comenzara a descubrir el juego desde el ataque y el bloqueo. Las demás técnicas las desarrollaría paralelamente, pero dándoles menor importancia en el orden de aprendizaje. Esta decisión fue muy motivadora para ella, y gracias a su increíble capacidad y determinación en poco tiempo se convertiría en una gran jugadora para el equipo y en años posteriores sería una de las centrales más importantes de la Selección Argentina femenina de todos los tiempos».


Éste artículo fue publicado originalmente en Página/12

Adrián De Benedictis
Adrián De Benedictis
Editor en Página/12

En 1995 se recibió como Técnico Superior en Periodismo Deportivo en DeporTEA. Desde entonces se desarrolló en gráfica y radio, y desde 1998 como redactor y luego editor de la sección deportiva del diario Página/12. En 1999 recibió el Premio Estímulo al periodismo joven en el rubro Diarios, entregado por DeporTEA. En 2004 formó parte del libro Al ritmo de los punteros, una compilación de cuentos de distintos autores. De 2012 a 2015 se desempeñó en Radio Ciudad y desde 2016 es encargado de contenidos del sitio web Agenda Provincial. En 2018 publicó Héroes mundialistas del interior profundo, una recopilación de historias inéditas sobre futbolistas que surgieron interior argentino y disputaron una Copa del Mundo.