¿Cómo dar un salto de calidad? Segunda parte

Mejorar no es imposible. Se necesita perseverancia, determinación y los entrenadores deben conocer la técnica y la situación que quieren cambiar.

En esta segunda parte del artículo intentaré enumerar los aspectos a tener en cuenta para elegir qué hacer y cómo conseguir el famoso salto de calidad.

1. Diagnóstico
2. Elección
3. Programa
4. Evaluación y feedback
5. Conclusión

Diagnóstico

Lo primero que tenemos que hacer en todos los niveles es entender, a través de un diagnóstico verdadero y completo, qué tipo de voleibol tenemos que jugar en el torneo en el que participamos. ¿Cuáles son las cosas que pasan muchas veces en un partido? ¿Cómo se desarrollan las acciones, cómo es la correlación en el tiempo? Necesitamos saber muy bien cómo es un partido y no hablo solo de las estadísticas de rendimiento o de la actuación de los jugadores. Tenemos que saber qué hacer con esta información, cómo hacer para que mi equipo mejore la eficacia del cambio de saque en un 10%. ¿Dejamos a la capacidad de los jugadores la solución al problema de aumentar éste porcentaje o creamos diferentes opciones, sistemas y variaciones de juego y las entrenamos para lograr nuestro objetivo? Por ejemplo: ¿cuántas veces recibimos para poder atacar en primer tiempo? ¿Cuántas veces jugamos en primer tiempo? ¿Cuántas veces lo hacemos durante un set? ¿Y cuántas veces lo hacemos en el entrenamiento? En los últimos Juegos Olímpicos de Rio 2016, el promedio de ataques realizados por los ocho mejores equipos fue de 25,28 por set, de los cuales 13 fueron puntos (52% de #). De esos ataques, 15,78 por set fueron hechos después de una recepción, en la fase de cambio de saque, con un rendimiento de 8,65 puntos por set (54% de #) y 9,50 en contraataque con un promedio de 4,36 puntos por set (45% de #). Eso significa que el 62% de los ataques se realizan después de una recepción y el 38% en la fase de contraataque. Estos datos nos dicen que en el 60% de nuestro entrenamiento tenemos que ocuparnos de la fase 1 y en el 40% de la fase 2.

Recordando que es un promedio de los primeros ocho equipos de los Juegos Olímpicos, de esos 15,78 ataques realizados después de una recepción sólo 4,62 por set fueron por el centro y sólo dos equipos, Brasil e Irán, excedieron los 5 ataques por el centro en cada set. Los centrales en general atacan sólo el 29% del volumen de cambio de saque de los equipos, incluso si la eficacia es superior al 61% (Rusia ha tenido una eficiencia superior al 73%, de 97 ataques ha hecho 74 puntos —77%— con sólo tres bloqueos sufridos y sin errores). Mensaje para los entrenadores de jugadores principiantes: si quieren poner lo más alto en el centro, por supuesto que no puedo impedirlo, pero asegúrense de que también atacan algunas pelotas más lentas en el centro y no solamente en primer tiempo, especialmente en las categorías juveniles. ¿Cuántas veces atacarán estos niños en un partido y cuánto tiempo tardarán en desarrollarse?

Continuando con el cambio de saque, sólo 1,37 de las pelotas son atacadas en pipe (menos del 9% del volumen) con una eficiencia del 62%. Es decir, que el 62% del cambio de saque se realiza con ataques de punta. Sólo 2,24 ataques por set son pelotas altas (14% del volumen total) con un rendimiento de 0,82 por set. Por lo tanto el atacante de zona 4 atacó el 31% del volumen con 4,9 pelotas por set, el de zona 2 el 20% del volumen con 3,15 pelotas por set y el 11% para el de zona 1 con 1,74 ataques por set. Repito, éste es el promedio de las ocho mejores selecciones de los Juegos Olímpicos. Obviamente hay equipos que tienen cantidades mayores en una zona respecto a otros o diferencias en el tipo de pelotas que atacan ligadas sobre todo a la habilidad de los armadores.

Con los niños, ¿cuántas veces hemos recibido y hemos podido armar y atacar? ¿O cuántas veces hemos recibido bien pero no hemos podido atacar? Cuando no lo hicimos, ¿fue a causa de un mal armado o de un error del atacante? No estoy hablando sólo de hacer un punto, sino de enseñar el juego, de aumentar la posibilidad de completar con éxito una acción o de acercarse a hacerlo. Está más que demostrado que esta es la fase principal de nuestro deporte y es por eso que se llama Fase 1: recepción, armado y ataque. Sólo debemos controlar cuánto varía según la categoría y el nivel en el que nos encontremos (sin duda, si aumenta el rendimiento en el cambio de saque crecen también en consecuencia las posibilidades de éxito. Recordemos: ¿qué tenemos que hacer la mayor parte del tiempo después de pedir un tiempo fuera? Un cambio de saque).

Elección

En la identificación de la situación a cambiar y en la definición de la prioridad cuenta sin duda el ojo del entrenador, recordemos: ¡poca agua y mucho fuego! Por supuesto, existe un criterio para hacer las elecciones. No es lo mismo si hablamos de un gesto que no sabemos hacer en absoluto o de un defecto que debemos corregir, o incluso de algo que ya hacemos bien pero que podemos hacer en forma excelente de modo que se convierta en un punto fuerte del equipo, en una virtud. Me inclino a elegir estas últimas situaciones que nos transformen «en otra cosa» lo antes posible, en parte porque si es un aspecto del juego que los jóvenes ya conocen pero que pueden manejar aún mejor, la motivación y la dedicación de los jugadores serán mayores.

Claramente, deberá ser una situación que se repita muchas veces durante un partido. No daremos un gran salto de calidad si mejoramos algo que ocurre una vez cada tres rallies. Podemos mejorarlo, pero no nos hará diferentes de lo que éramos antes. Debemos aprender a identificar, definir bien y elegir: ¿cuál es la situación que, si se mejora, nos permite transformar a un jugador o a un equipo? Mi consejo es intentar con una o dos situaciones para cada jugador y dos o tres situaciones de equipo. Obviamente, esta elección debe ser comunicada, compartida y explicada a los jugadores individualmente y al grupo. ¿Por qué deberíamos cambiar éste aspecto de nuestro voleibol? ¿Qué beneficios obtendremos? ¿Cuáles serán las dificultades? ¿Y cómo lo vamos a hacer?

Programa

Aquí voy a profundizar en los métodos de entrenamiento y algunos ejercicios como instrumento para lograr el objetivo. ¡Se trata básicamente de cómo vamos a hacer el cambio!

Los tipos de ejercicios son diferentes:
A. Global
B. Sintético
C. Analítico
D. Superanalítico

Ventajas y desventajas de los ejercicios

La ventaja del ejercicio global es que el jugador se entrena en una situación real: es sin duda el mejor método, lo más cercano a jugar un partido. Tiene como desventaja la pequeña cantidad de repeticiones que los jugadores pueden hacer. Los otros ejercicios nos permiten un mayor número de contactos, pero se alejan más de la situación real y los ejercicios analíticos carecen de la parte más importante que es la identificación de la situación y de la decisión. Un jugador es bueno cuando elige la mejor solución para la situación que se le presenta. Me gustaría volver sobre las diferencias que he mencionado antes sobre los métodos de las selecciones. La norteamericana se basa en el aprendizaje motor y sus claves. Identificar la situación, decidir y elegir la solución, ejecutar el golpe, recibir feedback a través de claves y ejecutarlo nuevamente. Es un sistema en el cual todo tiene que hacerse como en el juego. Los norteamericanos son los creadores del método global en el que la técnica se entrena y se aplica sólo en la situación de juego, casi sin ejercicios analíticos y en ausencia de elementos externos en el entrenamiento (mesas, plataformas, máquinas lanza pelotas para el saque, etc.). La gran mayoría de los ejercicios es una competición con una puntuación. Los norteamericanos hacen un solo entrenamiento largo por la mañana, primero el entrenamiento técnico y luego el de pesas.

La selección brasileña de Bernardinho, en cambio, siempre se ha caracterizado por grandes volúmenes de entrenamiento y numerosas repeticiones técnicas de forma analítica: defensas con plataformas (se han hecho famosos los ex jugadores que participaron en los entrenamientos para atacar y sacar), recepciones con plataformas y máquinas lanza pelotas, bloqueos con jugadores sobre plataformas y muchos ejercicios analíticos para la precisión de los armadores con el uso de cestos. La tarde incluye generalmente un seis contra seis muy intenso, sin puntuación, con muchas acciones y pelotas añadidas a discreción del entrenador, dependiendo del objetivo del entrenamiento.

Mi intención no es hacerles elegir un método u otro, sino decirles que los diferentes métodos son, en mi humilde opinión, extremadamente exitosos. Desde los años 80 hasta la actualidad, ambos han sido protagonistas absolutos de todas las competiciones internacionales. El método estadounidense logra el mismo resultado en menos tiempo, pero lo hace con los estadounidenses en su contexto y con sus valores y creencias. Yo mismo intento utilizar muchas de las ideas, conceptos y ejercicios de Bernardinho, pero sin obtener los mismos resultados.

Entonces, ¿cómo creamos nuestro programa? ¿Qué criterios y principios tendremos en cuenta para realizarlo? ¿Cómo vamos a organizar nuestros entrenamientos? ¿Qué tipo de ejercicios elegimos para lograr nuestro objetivo? Uno de los factores importantes para mí es: ¿en cuánto tiempo vamos a dar un salto de calidad? Porque seguramente si entreno cada día durante 10 meses mis jugadores mejoran un poco, pero es esencial entender cómo acelerar el proceso para que mejoren lo más rápido posible en base a éste concepto y recordando la «¡poca agua con mucho fuego!» Los jugadores mejoran con muchas repeticiones de calidad en la unidad de tiempo más pequeña posible. Insisto en la calidad de las acciones porque si sigues haciendo 100 recepciones malas al día, te cansarás, mejorarás un poco pero nunca conseguirás un buen resultado. Si en cambio cada día haces 10 repeticiones excelentes, ciertamente mejorarás en menos tiempo que el jugador anterior.

Una vez más mi sugerencia es la combinación de ambos métodos, siempre partiendo del juego, repitiendo muchas veces los gestos técnicos en un contexto real, en el que el jugador debe identificar la situación, decidir y realizar un golpe (recordándonos que el tiempo de reacción es muy corto). Si es necesario, podemos extrapolar el gesto del seis contra seis, probarlo analíticamente, hacer muchas repeticiones en poco tiempo y luego volver a insertarlo en el juego.

También sugiero crear pequeños grupos para realizar múltiples ejercicios sintéticos globales, en los que sólo se incluye una parte del juego. Esta opción incluye identificar la situación y decidir qué movimiento hacer y permite tener un feedback inmediato y entender si la decisión es efectiva o no. Y es una solución que he encontrado al problema del número de repeticiones. Por ejemplo: los dos armadores, uno o dos líberos, obviamente depende de las personas que tienes a disposición, y todos los centrales. El líbero recibe de un lado de la red y un central ataca contra el bloqueo de otro central y la defensa en zona 1 del otro armador y en zona 5 del otro central o del líbero. Es cierto que no es un ejercicio completo, pero en 10 minutos cada central puede hacer más de 15 ataques y el líbero supera las 45 recepciones.

En el siguiente entrenamiento podemos insertarlo en el seis contra seis con la recepción y el ataque en el cambio de saque para consolidar los resultados que hemos obtenido. Al día siguiente hacemos lo mismo sólo con los opuestos que atacan contra un bloqueo y los dos defensores de zonas 1 y 5 y realizamos las repeticiones de ataques en paralelo o en diagonal. Por la tarde lo insertamos de nuevo en el seis contra seis. Por la mañana tienen que hacer seis ataques positivos en paralelo y seis en diagonal. En el seis contra seis serán suficientes tres ataques positivos por cada situación.

Para los equipos de nivel inferior se puede crear un circuito técnico donde los jugadores realizan repeticiones analíticas fuera de la cancha (movimiento del brazo contra la pared, carrera para el ataque, golpe bajo contra la pared…) mientras que los atacantes de punta y los opuestos están en la cancha haciendo un ejercicio sintético global previamente establecido. Luego se modifican los grupos hasta que todos entran en la situación del seis contra seis: con éste método de trabajo todos han triplicado las repeticiones. Mi consejo es elegir un par de cosas y repetirlas muchas veces hasta consolidarlas, aunque conscientes del principio de variar los entrenamientos por el hecho de que los jugadores se aburren de hacer siempre lo mismo. Repetir un aspecto del juego que queremos cambiar hasta que se cambie me ha dado muchos resultados. Recordemos: necesitamos mucho fuego, que no es otra cosa que el número de repeticiones positivas en la misma situación. Por supuesto, cuando ese aspecto del juego cambie sistemáticamente, cambiaremos y haremos otro ejercicio, fijaremos otro objetivo y trataremos de dar un nuevo salto de calidad. Esto no significa hacer lo mismo, pero creo que los ejercicios son los medios para definir y lograr nuestros objetivos para el juego, no para ver quién gana o pierde en el entrenamiento con tantos ejercicios a puntos, sino porque esa puntuación nos ayuda a evaluar la situación que estamos entrenando o a trabajar sobre cómo mentalmente se razona cuando hay una puntuación, lo que pasa si te equivocas.

Evaluación y feedback

No necesariamente se requiere de equipo costoso para obtener información de los entrenamientos. El papel y el lápiz siguen siendo herramientas válidas para cuantificar cuántas veces se hacen bien las cosas y hoy en día todos los teléfonos móviles están equipados con una cámara de video para grabar los movimientos o gestos técnicos que queremos mejorar (hay aplicaciones libres muy interesantes y precisas para evaluar técnicas, ángulos y distancias). La evaluación sin embargo es vital para tener un feedback y saber que lo aprendido está consolidado. ¡No basta con decir bien, bravo o eres un fenómeno! El feedback positivo es la pieza central de una clave única y te dice lo que debes hacer y lo que debes evitar: extender los brazos es mejor que doblarlos, el codo hacia arriba en lugar de hacia abajo, un solo consejo útil a la vez. Tenemos que averiguar cuál es la prioridad para una ejecución exitosa. Si hablamos de un ataque, ¿es un problema de tiempo? ¿Cuándo tengo que iniciar la carrera? Por ejemplo, si hablamos de una pelota alta, ¿cuando alcanza su altura máxima, luego se ralentiza y comienza su descenso? Tenemos que dar un input para saber cómo medir y reconocer el momento adecuado para saltar. ¿Es un problema de ejecución? ¿El último paso es muy corto, saltos largos y hacia adelante? Tenemos que crear un nuevo input para saltar verticalmente. ¿Es un problema del brazo? ¿El impacto sobre la pelota en juego no es bueno? ¿Cargo con el codo muy adelante? ¿No extiendo el brazo? ¡Se necesita un nuevo input para que el codo se mantenga más alto! ¡Si un jugador ataca puedo decirle que tiene que cambiar la forma de saltar, dar el último paso más largo, saltar hacia arriba, mantener el codo atrás y el brazo extendido! Todo junto es difícil, es como cuando mi madre me pedía que ordenara toda mi habitación y yo no quería hacerlo. Limpiar todo era demasiado. Pero si me pedía que le llevara la ropa sucia para lavar, ¡lo hacía rápido e inmediatamente! ¡Una cosa a la vez! Recordemos que nuestro objetivo es que se sienta, vea y entienda que lo que estamos haciendo es trabajar y mejorar para conseguir otro jugador u otro equipo.

Conclusión

Como he dicho antes, está científicamente probado que no será una tarea fácil, pero no es para nada imposible. La perseverancia y la determinación son necesarias para cambiar y nosotros los entrenadores debemos conocer la técnica o la situación que queremos mejorar, sabiendo que habrá momentos en los que el jugador sufrirá por haber cometido un error. Tenemos que explicarle y demostrarle por qué creemos que puede hacerlo. Necesitamos el video de la acción y la comparación con el principio y también con alguien que haga bien ese gesto, para crear o consolidar un modelo y una imagen mental de lo que queremos conseguir. También está demostrado que aprendemos de lo que vemos y que creamos la imagen de lo que queremos. Lo dejamos claro muchas veces, pero los jugadores no lo entienden o lo distorsionan. Nuestro trabajo es intentar resolver el problema y motivar al jugador para que pueda volver a intentarlo y hacer un gesto técnico correctamente.

Recordemos: ¡poca agua y mucho fuego y haremos muchos saltos de calidad!

Bibliografía

  • ÁgilMente: Aprende cómo funciona tu cerebro para potenciar tu creatividad y vivir mejor. Estanislao Bachrach
  • El pequeño libro del talento: 52 propuestas para mejorar tus habilidades. Daniel Coyle
  • EnCambio: Aprende a modificar tu cerebro para cambiar tu vida y sentirte mejor. Estanislao Bachrach
  • Entrenamiento mental: Cómo vencer en el deporte y en la vida gracias al entrenamiento mental. Terry Orlick
  • Inteligencia emocional. Daniel Goleman
  • Inteligencia social: La nueva ciencia de las relaciones humanas. Daniel Goleman
  • Liderazgo. El poder de la inteligencia emocional. Daniel Goleman
  • Mindset. La actitud del éxito. Carol Dweck
  • Switch. Cómo cambiar las cosas cuando el cambio es difícil. Chip Heath & Dan Heath

En inglés

  • Aggressive Volleyball. Pete Waite
  • Coaching Volleyball: Building a Winning Team. Carl McGown & Hilda Fronske
  • Science of Coaching Volleyball. Carl McGown
  • Thinking Volleyball. Mike Hebert


Éste artículo fue publicado originalmente en Pallavolo Supervolley

Juan Manuel Cichello
Juan Manuel Cichello
Entrenador en Emma Vilas Siena

Profesor de Educación Física, inició su carrera como entrenador en 1995 en el minivóley de River Plate antes de ir al Son Amar Palma de España como asistente de Marcelo Méndez, en donde se coronaría campeón de Copa del Rey y Superliga 2005-2006. Al final de esa temporada se hace cargo de las selecciones masculinas de base de Argentina, logrando a partir de ese momento excelentes colocaciones: plata en los Sudamericanos Juvenil y Menor de 2006, 5º en el Mundial Juvenil y 4º en el Mundial Menor de 2007, oro en los Sudamericanos Juvenil y Menor de 2008, bronce en el Mundial Juvenil de 2009, plata en los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010 y plata en el Mundial Juvenil de 2011. Simultáneamente, dirigió con buen suceso a SOS Villa María Vóley de 2009 a 2011 en la Liga Argentina de Voleibol. En ese entonces Julio Velasco lo invita a trabajar en la selección nacional iraní como asistente, logrando el Campeonato Asiático 2011 y 2013, 8ª posición en la Copa del Mundo 2015 y tercer lugar en el Torneo de Clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Ese año lo convoca el Exprivia Molfetta de Italia, logra la promoción a Serie A1 en la temporada 2012-2013 y lidera el equipo en la temporada 2013-2014. En 2015 una importante oferta económica lo lleva a la selección de Qatar, con la cual obtiene el 4º lugar en el Campeonato Asiático por primera vez. En 2016 regresó a la selección iraní, esta vez como asistente de Raúl Lozano, logrando la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y la 5ª posición. En 2017 se hace cargo de la selección Sub-23 de Irán logrando el oro en el Campeonato Asiático de la categoría. También dirige al Emma Villas Siena de Italia en la temporada 2017-2018, logrando una nueva promoción a Serie A1 y un reconocimiento a su trabajo con el premio Costa-Anderlini al mejor entrenador de Serie A2.