Tal vez con lo que empiece escribiendo genere la antipatía de muchos colegas, pero es lo que siempre pensé.
«Un niño, por sí sólo, podría jugar en algún tiempo al voleibol con el sólo hecho de mirar e imitar, sin necesidad de ningún entrenador pero es el entrenador quien conoce el tiempo que necesita el proceso de aprendizaje de un niño, porque si no llevaría a un niño toda su vida para poder perfeccionarse.»
Jorge Valdano dice: «Cada entrenador es grande a su manera, pero todos son mayordomos de los jugadores, porque de ellos dependemos.»
Ahora bien, debemos diferenciar la preparación de un joven para disfrutar de jugar al voleibol y la preparación para disfrutar de jugar en el alto rendimiento del voleibol.
Cuantos de nosotros hemos visto a nuestros hijos que por imitación, luego de varias horas de esperarnos en los gimnasios, ejecutan un movimiento tan perfeccionado de algún fundamento que llega a sorprendernos y nos hacemos la pregunta, «¿quién le habrá enseñado?» pensando que tomó clases particulares en secreto o lo entrenó un head coach especializado. Sin embargo, en ese tiempo perdido de espera, nuestro hijo se concentró en mirar a nuestros dirigidos e imitarlos en algún momento, lo cual lo llevó a ejecutar una técnica casi con la pulidez de un jugador entrenado, sin la necesidad de que nosotros hayamos ocupado un tiempo en prestarle atención.
Dicho esto, no quisiera que nos rebajen el salario por ello, a la inversa, considero que un buen entrenador de base, debe encontrar qué cosas son atractivas para el joven, que lo pueden hacer evolucionar con la celeridad que se necesita, para no esperar hasta la edad senil para que aprenda. Y para ello se necesita de profesionales calificados, metódicos, organizados, humanos y de mucho sentido común; y no sólo de buenos (actuales o ex) jugadores que por hacer muy bien su tarea de jugador, creen que le pueden ayudar a un niño a mejorar en los términos que la fisiología, psicología y morfología no lo pueden explicar, sin retrasar ni anticipar su aprendizaje.
Ahora bien, es tiempo de desarrollar un programa de entrenamiento-aprendizaje para que los jugadores puedan expresar en su máximo esplendor los fundamentos, bien depurados y con resultados en el global beneficiosos. Me propusieron exponer sobre «el desarrollo de la recepción de saque para categorías formativas.» Intentaré pasar aquellas experiencias que dieron buenos resultados en el tema a abordar.
Concepto:
- Mostrar (uno mismo o un jugador avanzado)
- Los niños ejecutan
- Pregunto y ellos muestran para saber que entendieron
«Es importante que los propios chicos elaboren respuestas de ejecución»
Debemos considerar todo el tiempo que el desarrollo de la recepción de saque es mejor evaluarlo con el armado y el ataque, ya que estos tres fundamentos irán enlazados infinidad de veces. Esto no quita que por algunos momentos tengamos que sacar sólo la técnica para corregirla o perfeccionarla de un modo más analítico. También es necesario conocer que es un fundamento que debemos entrenar de forma continua en lo que dure nuestra vida de jugador en esa función.
Sabemos que los receptores deben estar en una posición estable, quietos, con los pies separados en una posición baja. La pelota debería estar delante del cuerpo, esto lo analizaremos luego. Los otros aspectos que necesitan ser considerados son ángulo, desviación, fuerza de la pelota y desplazamiento a la trayectoria de la pelota.
En los jugadores jóvenes cuesta mucho cambiar los malos hábitos. Los más comunes son: el contacto con la pelota, posición corporal incorrecta y movimientos de las piernas.
La mayoría de ejercicios debería construirse con la red de por medio entre el receptor y el que lanza o saca, para que ello sea lo más parecido al juego. Más allá que en algún momento ejercitemos súper-analíticamente contra la pared.
Entrenar o aprender la recepción es tedioso para muchos jugadores, pero es por demás necesario hacerlo bien, de ello dependen casi la totalidad de los sistemas de ataque. Hoy en día cuesta mucho encontrar especialistas en esta área.
Como pasos a tener en cuenta en la construcción de un receptor, podríamos ordenar:
A. Concentración (lectura)
B. Movimiento (desplazamiento y movimiento de plano o plataforma)
C. Contacto (por delante de la línea del cuerpo)
D. Acción posterior
A. Es importante que los jugadores se acostumbren a concentrarse en el sacador, sus movimientos, su lanzamiento, su lugar de ejecución y sus características. Ello ayudará mucho a la lectura de trayectoria del balón en el caso de saque flotado. En el caso del saque saltado, es importante la concentración pura y exclusivamente en el sacador, ya que a la velocidad que viaja el balón no hay mucho tiempo de decidir y mucho menos de desplazar.
B. El movimiento hacia el balón es primordial, siempre con el centro de gravedad a la misma altura, yendo en busca del balón y no esperando, preparando anticipadamente el brazo o plataforma de golpe. Es imprescindible en los jóvenes que se acostumbren a tener los brazos en posición de preparados antes del golpe. Buscar los ángulos que nos permitan dirigir el balón hacia el objetivo (zona de armado). Un ejemplo que doy siempre es «cómo mover los brazos sin mover los brazos,» y eso es posible moviendo las piernas.
C. El contacto se debe hacer con los antebrazos (para el golpe de manos bajas) o con las yemas de los dedos (para la recepción de manos altas), pero ese contacto debe ser siempre por delante del cuerpo. Los antebrazos tienen una sensibilidad mayor que el resto de los brazos, y en el caso del golpe alto por delante y arriba de la cabeza, debe ser una buena ejecución técnica, sino estaríamos en presencia de una defensa de saque y no de una recepción. La recepción de saque es como un pase en una pared de fútbol o en una asistencia de basquetbol: debe ser sensible, precisa y cómoda. En el contacto la toma de las manos es variada según las escuelas, pero sí está claro en todas que los antebrazos deben estar rotados y juntos, formando una plataforma uniforme.
D. Luego de todo lo anterior, el jugador debe quedar en posición de iniciar otra acción, ya sea atacar o ir a cubrir a un compañero en el ataque. Por ello es necesario golpear en equilibrio, quieto, como casi todas las técnicas de voleibol, que tanto en el suelo como en el aire deben hacerse en equilibrio.
No soy amante de las recetas, porque considero que cada entrenador hará su propio diagnóstico. Más allá que se diagnostique el mismo error, cada equipo, jugador o entrenador debería encontrar el remedio más efectivo para su grupo.
Por ello, pasaré a ofrecer una clasificación técnica que en algún momento fuimos organizando en charlas jugosas de perfeccionamiento que llevamos a cabo con varios amigos del voleibol, en especial esta con Fabián Armoa, allá por nuestros comienzos como entrenadores, charlas de horas y horas de discutir cómo entrenar mejor.
Teniendo en cuenta el cuadro anterior podemos empezar a planificar nuestra tarea con un plan.
En principio debemos revisar nuestro nivel de juego, cuántas veces suceden las cosas. Por ejemplo: «cuántas veces nos viene un saque de potencia de zona 5 hacia nuestro lado izquierdo, y nosotros recibiendo con una formación de tres jugadores donde el jugador de posición 5 es el delantero y debe recibir con golpe de anos bajas y atacar.» Ahí ya tenemos un ejercicio de entrenamiento.
Así podemos ir armando todos nuestros entrenamientos, ya sean analíticos, sintéticos o globales, utilizando la fórmula de planificación según clasificación y cantidad de veces que suceden las cosas. Esto nos dará un método.
Con respecto a la cantidad de repeticiones, no deberíamos bajar del 70% u 80% de las repeticiones que suceden en un partido. Si en un partido un equipo recibe 70 saques, deberíamos entrenar por sesión no menos de 50 repeticiones de recepción. A esto sumarle también las ejercitaciones súper-analíticas o analíticas, para corregir o perfeccionar la técnica.
Son muy importantes los planos de golpe, los ángulos, los perfiles y los movimientos de piernas para tal vez alejarse del balón, para poder tenerlo delante del cuerpo.
Ante un saque flotado veloz, una de las técnicas más utilizadas es retrasar un pie y elevar el hombro del lado donde voy a recibir, con los brazos extendidos. Esto genera que se pueda tener el golpe por delante del cuerpo.
Bueno, ahora a poner en funcionamiento el cerebro, a mirar y estudiar un partido del nivel que les plazca y ponernos a diseñar ejercicios y repeticiones de acciones de recepción que se den con frecuencia.
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Éste artículo fue publicado originalmente en Volley Attack!
Fabián Muraco
Profesor de Educación Física por el ISEF Nº 1 Dr. Enrique Romero Brest, Entrenador Nacional desde 1987 y Entrenador FIVB Nivel II. Posee amplia experiencia en el desarrollo de jugadores y es instructor FeVA desde 2000. A lo largo de su carrera dirigió las selecciones argentinas Sub-19 (2004-2005 y 2009-2011) y Sub-21 (2004-2005 y 2011-2013), y a los clubes argentinos Chubut Volley, Ferrocarril Oeste, GEBA, Libertad (San Jerónimo Norte), River Plate y UNTreF Vóley. En la temporada 2014/2015 trabajó como entrenador asistente en el club Fenerbahçe Spor Kulübü de Turquía.