Participación de Julio Velasco en “El graduado”, un programa de televisión itinerante conducido por Piero Chiambretti que la cadena Rai 3 emitía desde el Aula Magna de las principales universidades italianas y en el que personajes famosos daban una conferencia sobre determinados temas.
Así pues, tenemos que ser rápidos, porque los tiempos de la televisión son terribles. Yo quería hablar de algo: nosotros [la selección masculina de voleibol de Italia] nos hicimos populares porque ganamos mucho. Y muchas veces nos preguntan cómo se hace para tener mentalidad ganadora. Yo digo una cosa banal: se obtiene ganando.
¿Ganando en qué sentido? En el sentido de que muchas veces se piensa que ganar es vencer a tus adversarios solamente, pero ganar también significa superar los propios límites. Esta es la primera victoria que uno debe intentar conseguir. Incluso cuando uno ya es mayor y aprende un nuevo deporte, cuando logra hacerlo (por ejemplo esquiar), obtiene una satisfacción como la de ganar un partido.
Ganar es también resolver las dificultades. Esta es otra victoria tanto en la vida como en el deporte. Y luego está la victoria sobre los adversarios. Por desgracia, nosotros vivimos en éste momento en una sociedad donde se pretende asimilar todo a la vida como si fuera un campeonato. Como si el deporte fuera trasladable a todas las situaciones de la vida. Entonces nos dicen: “Sea un campeón, coma la pasta tal”, “Gane en la vida, use el automóvil cual”. Pero la vida no es un campeonato.
Nosotros [que nos dedicamos al deporte] tenemos un oficio particular, difícil precisamente porque no nos alcanza con hacer las cosas bien, tenemos que hacerlas mejor que los demás. Si nosotros hacemos las cosas bien y luego perdemos por una pelota, como sucedió en Barcelona (17 a 16 en el último set), hemos perdido. Y pocos recuerdan si perdimos por mucho o por poco. Y es justo así, el deporte es así. Pero la vida no es así. No es que si uno hace un punto menos que otro entonces es un perdedor. Esto no lo debemos creer.
Para lo que en cambio sirve el deporte, creo yo, aunque todos digan: “la importancia del aspecto educativo del deporte”, pero luego se tenga miedo de poner la competencia en la escuela, como si la competencia no existiera, como si a los niños no les dijeran: “prepárate para la vida porque la vida es muy dura, así que tú debes ser el mejor, así que estudia desde pequeño”, el deporte enseña, sirve para aprender a perder, además de a ganar.
Sirve aprender a ganar en el sentido de que hay que hacer las cosas bien, hay que sacrificarse, hay que ser eficiente, hay que dar importancia a las cosas decisivas y también a las menos importantes cuando lo que hay en juego es mucho. Pero sirve también aprender a perder. Quien practica deporte sabe que no se puede ganar siempre. La excepción es ganar siempre, la cosa normal es la alternancia entre la victoria y la derrota.
Yo siempre he dicho que estoy muy orgulloso de la selección que ganó dos Mundiales, dos Europeos, etc., pero estoy igualmente orgulloso del equipo que perdió los Juegos Olímpicos en Barcelona. Por un motivo: porque supo perder. Cuando perdimos no dijimos: es culpa del árbitro, tenemos mala suerte, la Federación no nos apoyó, es culpa de un jugador, o del entrenador, o del dirigente. Dijimos: el adversario fue más fuerte que nosotros, punto final.
Nosotros construimos una mentalidad con el equipo luchando contra lo que llamamos la cultura de las excusas[1]. ¿Qué es una excusa? Es explicar que no puedo hacer algo no porque no pueda hacerlo, sino por un [obstáculo] con el cual no puedo hacer nada, no lo puedo modificar. No es que yo no pueda ganar porque no haya sido mejor, siempre hay algo más grande que no [lo permite].
Estas excusas las combatimos en todos los sentidos. Y así cuando tocó perder (una derrota muy dolorosa para nosotros, porque era el sueño de nuestras vidas) no dijimos nada. Y nos preparamos desde ese día para volver a ganar de nuevo.
Ahora tenemos la gran tarea de ir a los Juegos Olímpicos de Atlanta y todos nos tomarán por favoritos, como ocurrió en el 92. Incluso nos dijeron que éramos el dream team, que era una expresión creada por los estadounidenses para el equipo de básquetbol que era el equipo de ensueño de todos los estadounidenses. Yo ya lo he dicho muchas veces: no somos el equipo de ensueño, somos un equipo que sueña. Sueña con ganar una Olimpíada y haremos todo lo posible para ganarla. Pero si no lo conseguimos no nos consideraremos perdedores, sabremos que fallamos un objetivo. Y fallar un objetivo no significa que seamos la mierda de la historia.
Y esto también es válido especialmente para los jóvenes: deben intentar ganar lo máximo posible, pero no crean a los que les dicen que el mundo se divide entre ganadores y perdedores. El mundo, en mi opinión, se divide principalmente entre buenas y malas personas. Esa es la división más importante. Luego, entre las malas personas hay también ganadores, por desgracia. Y entre las buenas personas, por desgracia, hay también perdedores.
Referencias
- ^ N. del T.: La traducción literal es “la cultura de las coartadas”. Sin embargo, en América Latina se popularizó como “la cultura de las excusas”, por lo cual se utiliza esta expresión en el artículo.
Julio Velasco
Profesor de Educación Física y entrenador de voleibol, integrante del Salón de la Fama del Voleibol desde 2003. Durante su carrera dirigió clubes de Argentina e Italia, y las selecciones de Argentina, España, Irán, Italia (masculina y femenina) y República Checa. Su palmarés con la selección masculina de Italia incluye tres Campeonatos Europeos, dos Campeonatos Mundiales, 5 Ligas Mundiales y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Con la selección de Irán obtuvo dos Campeonatos Asiáticos y con la selección de Argentina el oro en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. Recibió el premio al mejor entrenador en 5 torneos de primer nivel y la nominación por la FIVB como mejor entrenador del siglo XX. Desde 2019 dirige a los seleccionados juveniles masculinos de Italia.